¿Qué tesoros guardas en tu armario?

Hace tiempo leí en el Vogue un concepto que no conocía: Tener un buen armario. Obviamente no se referían a bloquear tu dormitorio con un armatoste descomunal con puertas corederas, sino a que lo que hay dentro merezca la pena. Prendas de calidad por las que no pasan los años y si pasan, es para dejarlas cada vez mejor. Tener un buen armario es una de las cosas que sólo puedes empezar a tener a partir de los 30 (a no ser que seas Tamara Falcó) porque forma parte de tu historia personal. Yo compro camisetas básicas en Zara, Blanco o sitios así (para Berska y Strafalarius ya estoy mayor, no pienso llevar una camiseta que ponga en letras plateadas “soy sexy”, ¡ya sé que lo soy, no necesito anunciarlo. Eso es vulgar, no sexy!) pero reconozco que las de Coptoin des Cotonniers, están mucho mejor cosidas, el algodón es de mayor calidad y los colores no destiñen. Será por eso que valen 6 veces más…Ya veis que no hablo de Chaneles o Diores, sino de marcas que en plena temporada tienen unos precios que te hacen levantar la ceja y huir despavorida pero que en rebajas tienen posibilidades.

Conforme me hago mayor, ergo más sabia, estoy optando por invertir mis escasos recursos destinados a trapitos en prendas buenas aunque compre menos cantidad. A la larga sé que es dinero bien invertido. Porque al final, al menos yo, acabo llevando siempre la misma media docena de camisetas combinada con vaqueros en invierno y shorts y minifaldas en verano, botas en invierno y sandalias en verano (las bailarinas me dan grima, son taaaan femeninas que no me veo) Así que las amortizo con creces y me duran años. Creo que es mejor comprar una camisa buena en un tono que te favorezca que tres malas en colores de temporada.

Un buen armario es aquel que vas construyendo a lo largo de los años con esas adquisiciones especiales que te sigues poniendo temporada tras temporada y que conforme pasa el tiempo, incluso parecen mejorar. Yo ya tengo algunas de estas. No puedo comprar grandes marcas, pero de vez en cuando (muy de vez en cuando, a mi pesar) me doy un capricho como esas sandalias Guess con plataforma que compré en Florencia cuando aún mi dinero era para mi. Sandalias que guardo como oro en paño y sobre las que sigo recibiendo piropos cada vez que me las pongo. También tengo unas botas salvajes de Diesel que me costaron una pasta y encontré en Barcelona, en un fin de semana de compras y concierto con mi amiga Sara que contaremos a nuestras nietas!! Tengo 3 cazadoras perfecto de cuero, roquera que es una, y aunque ninguna es de Balmain (por esta chaqueta con solapas de tachuelas yo me prostituía, os lo juro) conforme pasan los años, cada vez sientan mejor y envejecen genial, como la dueña, ja,ja,ja. Me flipa el cuero y no tengo abuela!

Una camisa blanca de corte masculino, una americana de terciopelo que descubrí en un rastrillo en Portobello, un maravilloso vestido corto de fiesta bordado de pedrería que me regaló alguien que me quería mucho y no paraba de decirme que estaba preciosa con él...

Un buen armario incluye prendas que cuentan historias, que te llevan a quererlas, a no deshacerte de ellas y a sentirte especial cuando las usas. Yo he llevado preciosidades vintage de mi madre y espero que mi hija me robe a los 20 años (antes no pienso dejarla, que son muy caras!) esas sandalias que compré en Florencia cuando su padre y yo aún no pensábamos en ella.

¿Qué tesoros guardáis vosotras en vuestro armario?