Aquí estoy. Con la autoestima en su sitio de nuevo y con un par...de hijos, je,je. Después de dos experiencias cum laude al respecto y como el día de la madre está al caer, necesito compartir mi sapiencia en ese aspecto tan fundamental de la vida de una mujer (y de un hombre, si tiene lo que hay que tener y no se larga pitando porque “no está preparado”) que es embarazarse, parir, empezar con el cuidado de un bebé y vivir para contarlo. A lo L’Oreal. Porqueyolovalgo.
Dedicado a todas las amigas con reloj biológico en marcha.
Quizás algún día les pueda servir de ayuda. A todo esto, la MILF de la foto es
Gisele Bundchen. Te amo, Gisele!! Quiero ser tuuuuuuu!!!
Los tiempos han cambiado, ya no somos mujeres dedicadas
exclusivamente a criar hijos, que pasan de su vida, de su trabajo, de su
relación y de volver a sentirse a gusto
con su cuerpo para el resto de su vida en cuanto son madres. First
of all, que te quede claro que nunca vas a estar tan a punto de terminar
con tu pareja como durante el primer año de vida de tu primer bebé. Has de
saber que el primer crío es el elemento más desestabilizador que puede llegar a
tu relación, mucho más que una infidelidad! Por eso nada de “olvidarte” de
tomar la píldora porque tu chico no quiere tener hijos y ¡ups! Me he quedado
embarazada. Los dos tenéis que estar juntos en esto, porque es duro de cojones,
sobre todo el primer año, sobre todo el primer bebé. Por eso, aunque él esté
empeñado en tener un vástago si TÚ no lo tienes claro, no lo hagas ni de coña,
porque tú vas a llevar la peor parte.
Una vez metidos en harina, o sea, embarazada, apunto otra
máxima que es de sentido común pero que a muchas se les olvida. Lo importante
sois tú y el bebé que se está formando en tu barriga. Ni tu madre, ni tu
cuñada, ni sus amigos, ni tu trabajo. Que quieres llorar, pues lloras, que
quieres chocolate, pues te lo comes, que no quieres ir a la cena familiar, no
vas, que te duele…¡pues te quejas!! No es momento de usar la expresión “me sabe
mal” A tomar por culo el mundo que tú estás muy ocupada intentando no tirarte
por el balcón ante tanto revuelo hormonal. Y tu pareja…pues a estar ahí, con la
sonrisa en la boca, apoyando y facilitándote el tema sin una queja. Ese es su
trabajo ahora, quererte sin cuestionarte.
A la hora de tener al bebé, idem de lo mismo. Aquí la que
manda eres TÚ. Si quieres parir de pie, tumbada, con litros de anestesia, o sin
ella (ala, valiente, cómo se nota que es el primero) si quieres darle el pecho
o si no…No cedas a los discursitos con buenas intenciones de otras que ya
pasaron por ello. Ahora la que está ahí eres tu, y es un trago lo de parir, así
que intenta que todo sea lo más de tu agrado posible. La primera vez estás
asustada porque no sabes lo que te espera, y la segunda estás acojonada porque
ya sabes lo que te espera. Supongo que a partir de la tercera ya te la pelará
todo, ja,ja,ja.
Vale, prueba superada, el enano ha salido y ya estáis en
casa. ¿Y cómo lo manejo? Para empezar, echando a la calle a todo el mundo. Las
visitas, después del primer o segundo mes. A los recién nacidos se les maneja
sólo con una palabra. RUTINA. Memorízala, que sea tu mantra, porque de ello
depende que no te acabes tirando por el balcón o que tu príncipe azul se
convierta en gusano asqueroso y os deje tirados a los dos. Mentalízate de que
te tomas un paréntesis de tu vida anterior. Asúmelo. Es lo mejor para ti y para
el bebé, y tu pareja debe asumirlo también. Tienes dos opciones: sigues
saliendo a cenar hasta las tantas con el bebé como antes, porque como es muy
pequeño no se entera, y luego no duermes dos horas seguidas durante meses
porque el pobre se ha hecho la picha un lío con el día y la noche o bien te
quedas sin salir a cenar durante medio año, pero en un par de meses, el enano
(y vosotros con él) duerme desde las 9 de la noche hasta las 6 de la mañana.
Una vez más, tú eliges.
Su mundo es muy pequeño, de hecho, su mundo eres tú, y lo
que le hagas, lo que le digas, será su única referencia. Son animalitos
pequeños pero no tontos, y necesitan a su madre y tranquilidad. Así de simple.
Vosotros como pareja habéis pasado a un segundo plano temporalmente (luego se
vuelve, os lo juro) Su supervivencia y adaptación son ahora lo más importante, sobre
todo el que aprenda a dormir por las noches. La tríada mágica para que un bebé
duerma por las noches es: baño, cena y a la cuna. En ese orden. Todos los días
a la misma hora, en el mismo lugar. Los mismos olores, los mismos sonidos, las
mismas manos, la misma RUTINA. En unas semanas, os aseguro que ya ha asociado
en cuanto su minúsculo trasero toca el agua, que luego viene un pijama suave,
leche caliente y que lo dejen en paz en su cuna, a oscuras y en silencio. Y se
relaja, lo asume, lo goza.
Por supuesto esto va con bebés normales, quiero decir, sin
cólicos, problemas o enfermedades, lo que suele ser un bebé sano y normal, que
al final son la mayoría, y aún así, ten en cuenta que igual que tú tienes un
mal día, ellos también lo tienen, y puede ser que por mucho que te esfuerces, hoy
no le da la gana dejar de llorar. La putada es que son supersensibles a tu
estado de ánimo, y sus días malos suelen coincidir con los tuyos, así que
paciencia, buen humor y no pierdas de vista que es un pedacito de carne
absolutamente indefenso que si no te tuviera ahí, se moriría.
¿Y de dónde sacas la energía, la fuerza de voluntad para
enfrentarte a todo esto y sobrevivir? Pues no lo sé, pero supongo que tendrá
que ver el hecho de que por primera vez en tu vida, estás con alguien a quien
quieres más que a ti misma.
Lo de los bebés es algo increíble. Un amigo mío tuvo uno y a los pocos meses le vieron un bulto (que por suerte no ha sido nada, o eso parece). Durante una semana, en la familia hubo una tensión inmensa, pero al bebé lo trataban como siempre (o eso creían). Pues bien, el bicho no paró de llorar, detectaba de alguna manera la intranquilidad de su madre y estaba todo el día súper-nervioso. Lo sienten todo.
ResponderEliminarPor eso será que los míos son unos fueras de serie que se toman la vida con ironía y sentido del humor, je,je.
EliminarBuff Sally, qué post más realista!!!
ResponderEliminarA 32 años y estando mi matriz en plena disposición reproductora... por enésima vez es un NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!! aunque supongo que esas cosas no se deciden; eso sí, siempre siendo súper responsables y estando la pareja muy, muy unida. Sea cómo sea, si aparece un buen ejemplar que me convenza para que le dé un hijito... que me anestesien por favorrrrrrrrrrrr!!!!!!!
Felicidades por la entrada, es genial!;)
Gracias, guapa!
EliminarCon el tema de los niños yo siempre me he movido entre dos aguas. No tuve instinto maternal hasta que les vi la cara, y sólo me decidí a meterme en el lío porque apareció el ejemplar adecuado, que si no...
Ahí estamos, epidural forever, y a ver cuando legalizan en España lo del vientre de alquiler, ja,ja,ja!! aunque yo ya llego tarde a eso porque a Dios pongo por testigo de que ¡¡no paso por ahí una vez más ni loca!!!