18.5.10

¿Podemos ser amigos o me acabarás gustando?


He ahí la eterna pregunta, ¿puede existir una amistad sincera y platónica entre un tío y una tía a lo largo de los años? ¡Pues claro que NO!! Ni de lejos. A ver, seamos claros. ¿Por qué es tu amigo? Porque le quieres, estás agusto con él, compartís cosas, tenéis mucho en común…y lo mismo le pasa a él, pero los tíos tienen una facilidad pasmosa para además querer llevarse a la cama a casi todas las mujeres del planeta. A lo mejor de buenas a primeras, así en frío no, pero con dos copas, buen rollo, estáis a solas con una cama cerca, risas, rollito ¡qué amigos que somos!!! Y cuando quieres darte cuenta, ese amigo del alma con el que te irías hasta de compras, está intentando escarbar en tu camiseta.

Pero eso no es lo peor, porque así, al fin y al cabo, eres tú la que controla la situación, y si no te lo imaginas desnudo encima de ti, pues le paras los pies, le aclaras las cosas y tan amigos, o cada uno por su lado si no lo entiende.

La putada es que sea al revés. Tu amigo es encantador, generoso, inteligente, sensato…y varonil, guapo, fuerte, tiene unos ojos espectaculares, unos brazos de atleta profesional y….te está contando sus aventuras de fin de semana mientras tú te lo imaginas con un bebé tuyo en brazos. Horror. La cagaste. No te cuelgues de un amigo, porque encima hay muchas probabilidades de que acabes enrollándote con él, (son básicos, para ellos una cosa no quita la otra) y a las dos semanas pretenderá volver a contarte sus aventuras de fin de semana como si no hubiera pasado nada. Y tú, a sufrir.

Nota de esperanza: Una tercera opción es la de que os colguéis el uno de otro, dos buenos amigos que deciden dar un paso más…y si funciona, habrás encontrado al hombre de tu vida. La cuestión es atreverse a dar ese paso.

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