El tanga ha muerto. ¡Por fin!

Leí hace unos días la noticia y la leí emocionada. Ya era hora!! Llevo años (prácticamente desde la primera vez que vi asomar uno encima del culo gordo de una quinceañera) reivindicando que no existe prenda más fea, incómoda, antiestética y destrozaculos que el tanga. Nenas, os ponéis tangas porque NO veis como os quedan!! Si tuviérais ojos en la espalda, hace años que no quedarían tangas en el mundo.

Estoy cansada de ver en los vestuarios de la piscina a chicas de todas las edades (sí, hay mujeres de más de 40 que también lo llevan) con ese triangulito infernal que ni sujeta, ni dismula, ni aporta firmeza, ni siquiera es sexy, porque sexy eres tú o no lo eres, no depende de lo que lleves puesto. Giselle Bundchen está más sexy con un pijama de franela que Belén Esteban en tanga.

En una entrevista en la revista Elle, Amaia Salamanca decía que lo que menos le gusta de su físico es su culo. ¡¡Amaia Salamanca!! Que la he visto en persona, la tuve a menos de un metro una vez y es una de las chicas más guapas que he visto en mi vida!!! Y mira que ni soy fan ni he visto en mi vida eso de las tetas y el paraíso que hizo, pero es una preciosidad. De cara, de cuerpo, de sonrisa…Me dejó con la boca abierta. No es guapa en plan loba, más bien rollo Cenicienta, o Venus de Boticelli, como de princesa de cuento. Sólo es absolutamente bonita. Bueno, pues ¡¡no le gusta su culo!!!

Es un hecho, a ninguna nos gusta nuestro culo. O te parece gordo, o plano tipo carpeta, o cuadrado, o celulítico, o con cartucheras, o piensas que lo tienes caído, o con piel de naranja…Existen miles de excusas y combinaciones. ¿Entonces porqué lo dejáis a sus anchas, ondeando al viento, marcando celulitis con esos tangas mínimos?
La noticia hablaba sobre la vuelta de la lencería rollo Pin up, años 50, la vuelta de las fajas, los corpiños, los corsés, los ligueros y en plan de diario, la apuesta por los culottes, braguitas tipo biquini y tejidos naturales. ¡Yujuuuu!!! Por fin dejaré de ser una incomprendida en las tiendas de lencería!!


No hablo de la braga-faja de Bridget Jones ni de los corpiños color carne que usó mi abuela hasta los 85 años. Hablo de preciosidades negras de tejido transpirable que te quitan una talla, te ponen todo en su sitio y te suben la autoestima hasta las nubes. Y me da igual que a los tíos les ponga más o menos una faja que un tanga, me las compro para gustarme yo. Shapewear, esa es la nueva palabra. Ya era hora!