Si bien es cierto que una mujer nunca tiene demasiados zapatos, no es menos cierto que (sobre todo en períodos de crisis) debemos ajustarnos el cinturón y no comprar a tontas y a locas a lo Carrie Bradshaw cualquier zapato espectacular que nos haga ojitos desde un escaparate.
A mi me chiflan los zapatos, sobre todo los taconazos. No es este el primer post que escribo sobre ellos y tengo mis caprichitos y mis tesoros guardados en sus cajas originales, y los cuido como oro en paño porque me han de durar eternamente. Es más, tengo reservado un espacio de honor en mi armario para el día en que pueda comprarme unos salones negros de Loubutin.
Y ahí es a lo que voy. No he dicho “unos Loubutin” sino “unos salones negros” de Loubutin.This is the question. Ya que te gastas una pasta indecente en unos zapatos, al menos elige un modelo que puedas ponerte con el 90% de tu vestuario.
Si no tienes mucha pasta, mejor 2 pares bien elegidos que 4 malos. En serio. Lo peor que les puedes hacer a tus pies es embutirlos todo el día en un zapato de plástico imitando piel, mal cosido y de tacón vertiginoso. En 2 horas, ampollas, en 2 semanas, callos, y en 2 meses, juanetes.
Básicamente sólo necesitas 2 pares de zapatos de cada tipo. La aritmética es muy sencilla. Un par que combine con los colores fríos y otro par que combine con los cálidos. Así, una bota alta de piel negra para cuando vistas de negro, de gris, de rojo, de azul (aunque el azul complementa muy bien con el marrón en accesorios, piensa en la combinación vaquero + cámel) de plata, de blanco, de morado, de amarillo. Del mismo modo, una bota alta de piel marrón oscuro o cámel para cuando vistas de beige, de marrón en cualquiera de sus derivados, de verde, de naranja (ojo, cuando no sean muy fluor, si son colores estridentes, mejor el negro)
Y así vamos alternando esta pareja según cambie la estación. Lo básico, ya que estamos hablando de ahorrar serían…
Para verano: unas sandalias planas, unas cuñas tipo peep toe que pueden ser las negras con cuña de esparto y las marrones con tacón de madera, por ejemplo.
Para invierno: unas botas altas de tacón no muy fino, por ejemplo, unas con plataforma y más tacón y las otras algo más elegantes y moderadas, y así tienes cubierto el ir de fiesta y el ir de formal.
Para todo el año: un zapato con un tacón que te resulte cómodo. Mejor cerrado por delante porque así te lo puedes poner con o sin medias. A mi personalmente me chiflan los tipo mocasín marrones y el clásico salón negro (el que algún día me pienso comprar de Loubutin, ese) Con estos vas a donde quieras, y quedan igual de bien con vaqueros, con falda, con pantalones de tela, con vestido. Una variante de estos es el zapato-botín, que también queda genial con lo que lo combines, pero acorta visualmente la pierna, así que no es recomendable para bajitas o tobillos anchos.
Otras posibles adquisiciones: Bailarinas. A mi no me gustan nada, no puedo ir tan plana, pero reconozco que quedan muy bien y pegan con todo. Deportivas tipo Converse, si te va el estilo sport informal quedan muy chulas, sobre todo en un color llamativo. Y lo más ya son unos zapatos rojos. Cualquiera de los descritos en los apartados anteriores. Si quieres llamar la atención con tu look, zapatos y labios en rojo. No falla.
Un último consejo, siempre de piel y a ser posible hechos en España (tirando para casa, que estamos en crisis) Seguro que haces una buena inversión.
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