Un día cualquiera de este mes de agosto, encontrábame yo
asomada al balcón del apartamento familiar en la playa que frecuento todos los
veranos (a mi me gustaría irme a Nueva Zelanda, pero de momento lo tendré que
posponer otro año) a eso de las 2 del mediodía. Calor, solazo y deliciosa brisa
marina que me revuelve el pelo de vez en cuando. Frente a mi el mar y a mis
pies la piscina. Lo sé, lo sé, no es NZ pero el sitio mola mucho. Sin prisa,
mirando perezosa la fauna que descansa al sol.
Un par de familias con niños pequeños alborotando entre
cubos de Dora la
Exploradora y flotadores de Rayo Mcqueen, una pareja mayor
leyendo bajo la sombrilla, preadolescentes chillones, alguna parejita tomando el sol y un
grupo de 10 o 12 chavales rondando los 20 que, pertrechados de móviles última
generación, baraja de cartas y miles de pulseritas fluorescentes en las
muñecas, pasan el rato tumbados sobre una gigantesca alfombra de toallas.
Están
todos los estereotipos: La rubia buenorra de biquini minúsculo haciendo posturitas, la amiga fea
a su lado, la corte de lelos fans de la rubia que ahora le hacen cosquillas, ahora le
quitan el teléfono para ver que está wattsapeando mientras la fea los mira con
cara de “ojalá alguien me quitara el móvil a mi” El que en lugar de pectorales
tiene tetas y sólo sabe tirarse de bomba, el tirillas con gafas, la que sería guapa si
supiera qué ponerse y se atreviera a mirar a los ojos a los demás, el que ya se
está quedando calvo y no para de hacerse el gracioso…Y no hay más
que seguir la mirada de la rubia que ya no sabe como espantarse a los moscones
para ver que llega El Surfero. Un bombón de 18 años recién cumplidos, espalda
descomunal, ni un gramo de grasa en ese cuerpazo esculpido a base de hacer surf
desde que tenía 6 años. Piel morena, pelo rubio, ojos azules y sonrisa
Profidén. Bañador de Rip Curl, o Billabong o alguna marca de esas que sólo
pueden llevar los rubios buenorros y encima, una cara de buena persona que tira de
espaldas. Además de guapo es encantador, buen estudiante, educado y está a
punto de empezar una carrera universitaria de las complicadas. ¿Qué cómo lo sé?
Porque lo conozco desde que nació, somos familia. Era un bebé precioso, fue un
niño adorable y se está convirtiendo en un hombre espectacular. Y me alegro,
porque lo quiero a él y a sus padres. Las nenas se lo van a rifar en la facultad, y más de una profesora auxiliar también.
Sus amigos
prácticamente le hacen pasillo y acaba sin quererlo en el centro del cotarro,
repartiendo sonrisas a diestro y siniestro, hablando con este y aquel y con la
rubia a punto de tirarle el móvil a la cabeza a ver si le da por mirar las
fotos sexys que le hizo ayer en la playa su amiga la fea.
Eso es un príncipe azul y lo demás son tonterías.
Y entonces entra en mi campo de visión otro chaval que se
acerca al grupo. Alto, flaco pero muy fibrado, bañador negro sin adornos ni
fluorescencias ni la marca de turno escrita con letras gigantes. Anda despacio,
elástico, cargado de espaldas, con la toalla oscura en la mano, sin móvil, ¡¡sin móvil, sacrilegio!! Y desde
mi posición ligeramente elevada (sólo estoy en un segundo piso) veo que lleva
tatuado en la parte baja de la nuca el número XIII. Así, en números romanos. No le veo bien la cara,
pero no es un bellezón, desde luego no es tan guapo ni está tan macizo como
mi sobrino, pero se mueve como un gato y me ha dejado tan intrigada su tatu
como alucinada su manera de moverse. ¡Y todo eso antes de los 20! Menos mal que
llevo las gafas de sol, porque no puedo dejar de mirarlo. Rodea al grupo y
extiende la toalla en las afueras de la urbanización que han formado sus
amigos. Se tumba despacio, con las gafas puestas, saluda a un par de chicos y se
dedica a la vida contemplativa.
Observo la reacción de las damas. Ninguna le hace caso,
están ensimismadas con el Príncipe Azul. Es natural, son tan jóvenes y él es
tan perfecto…
Viendo el espectáculo hormonal desde el balcón sonrío. Yo
también estuve allí una vez. Tumbada en una toalla con amigos y la mayoría de edad recién adquirida. Me gusta pensar que era la que sería guapa si
supiera qué ponerse pero lo que tengo claro es que mis gustos no han cambiado con el paso de los años.
Sé que todas las chicas de 18 que conocí hace 20 años estarían locas por mi
sobrino el Surfero, y con razón, pero a mi me habría gustado El Pantera. Sin
duda.
¡Por fin, Mustang! Se te echaba de menos. Que sepas que por tu culpa volvía ver ayer Mr. and Mrs. Smith. Y como no encontré la VO, tuve que odiar todo el rato a Angelina Jolie, a la que no le pega para nada la dobladora de Nicole Kidman. Y eso que soy pro-doblaje, pero...
ResponderEliminarEn fin, que me voy por los cerros de Úbeda. Que bienvenida, hija. Me alegro de que tengas un sobrino tan majo :-). Yo con suerte seré tita por primera vez el año que viene y ya tengo ganas de verl@ ir a la universidad.
Ah, y a mí me hubieran gustado los dos. Tu sobrino y el Pantera. Que aquí hay amor para todos. Un saludo!
Uf, uf, uf, lo máximo ya es lo que tú propones, una de cal y otra de arena!! Ja,ja,ja.
EliminarSer tía es lo mejor. Estás ahí para llevarlo al cine, aconsejarle sobre novias y comprarle camisetas molonas y juguetes inútiles, pero aguantarlo cuando se pone pesado...¡que lo aguante su madre! ;P
Qué ganas tenia de una dosis de las tuyas!! tus entradas veraniegas son muy buenas pero esa se lleva la palma!!! me quedo imaginando al Pantera.
ResponderEliminarBona nit!
Gracias, guapa!
EliminarWelcome back!!! La pantera y el principe azul, mmmm que combinacion, eh....pero no se por cual me decidiera, aunque lo mas seguro por la pantera...oh si!
ResponderEliminarAl final nos casamos con los buenos, pero para dejarnos llevar una noche de verano...Nada como un buen Pantera!! ja,ja,ja
EliminarMe encanta tu post-vacacional (valga la redundancia), Mustang. Welcome back! :)
ResponderEliminarJa,ja,ja, que buen juego de palabras ;)
EliminarEntre el Pantera y el Surfero, ¿Cuál de los dos crees que pararía a la que sería guapa si supiera que ponerse en una esquina oscura de la urbanización por la noche?
ResponderEliminarEn esa situación, ¿Cuál de los dos le quitaría las gafas, la miraría de arriba a abajo sujetándole la mano?
¿Cual, sin soltarle la mano, se la llevaría hasta la orilla del mar?
¿Quién de los dos se quitaría la ropa, se la quitaría a ella, y se la llevaría dentro del agua?
¿Cuál de los dos.....?
La rubia, al final del verano, solo se habrá llevado unos piquitos.
¡¡¡PORDIOSTORPEEEE!!! Escribe un libro de esos de las sombras de Grey a lo superhéroe pero YA, que me has puesto tontorrona en sólo 9 líneas!!!
EliminarXDD
Ah, sí, y a ver si publicas otro post, que como te tengo recomendado con foto y todo, me duele ya la vista de esas tetazas que me saludan a punto de explotar cada vez que abro esto, ja,ja,ja.
¡Cómo me ha gustado! :)
EliminarVengo un poco retrasada tras las vacaciones pero aún hace calor para imaginarse escenas en la playa. Yo me quedo con el pantera. De donde yo soy, los surferos no son los niños buenos, más bien son niñatos agilipollados (al menos en mis tiempos) de adolescente. Yo me quedo con ese que va a su rollo :)
ResponderEliminarEso fue una de las cosas que me llamaron la atención. Has de ser muy bueno para ir a tu rollo a los 18, cuando lo normal es que todo el mundo vaya al son que marca el surfero o la tia buena de turno.
EliminarAl menos has de tener una personalidad propia, fuerte ya formada. Eso dice mucho y a mí me llama más :)
EliminarEs difícil conectar con tíos y tías en un mismo escrito, Mustang. Y no sé cómo te lo montas, pero siempre que no hablas de trapitos o anuncios de maromos lo consigues. Zorionak.
ResponderEliminarMe ha dado mucha nostalgia este texto, creo que todos hemos estado alrededor de esa toalla, repartidos en diferentes posiciones, como si fuera un tablero de ajedrez. O quizás sólo sea la nostalgia, que me acorrala a menos de un mes de cumplir los 30.
Un abrazo.
Eeeh!! Vengan esos 30, machote!! Que ya entras en mi horquilla de Hombres deseables ; )
EliminarGracias, otro para ti.
Espero que no hayas estado de bajón por el tres que se acerca. No es para tanto ;) Y estoy de acuerdo con Sally, el tres para algunas es más atractivo que el dos ;)
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