6.10.12

Decir la verdad está sobrevalorado



El mundo está lleno de personas que llevan a gala decir siempre la verdad. Seguro que más de una vez te has cruzado con una. “Yo siempre digo las cosas a la cara”, dicen llenos de orgullo. “Yo si tengo que decirte algo, te lo digo y ya está, porque yo soy muy sincero, yo siempre voy de frente, y voy con la verdad por delante. Yo soy así y al que no le guste que se joda”.

Coño! Cuanto absolutismo. ¡Qué claridad de pensamiento!¿Quién eres, el Papa, que dicen es infalible? Entonces he de entender que cada vez que abres la boca, hables de lo que hables, lo que dices no es lo que tú consideras cierto basándote en la información que posees sobre el asunto (que puede ser toda, parte o ninguna), sino la Verdad. Verdad con mayúscula que hemos de creer y seguir sin concesiones ni réplicas. Y lo curioso del tema es que esas verdades que te dicen los sinceros de pro suelen ser negativas. Aunque sea una verdad absoluta que hoy estás preciosa, parece menos pelota decirte que te ha salido un grano y ya de paso borramos un ratito ese brillo de felicidad tan molesto que llevas en los ojos, bonita.

Para empezar tantos “yoes” en sólo un par de líneas me mosquean. Yo soy muy sincero, yo te digo las cosas a la cara. Yo, yo, yo. Chico, que quieres que te diga, a mí me huele de lejos a un: Aquí el que manda es el chache. Yo TE puedo decir lo que me venga en gana, pero ay de ti como me pagues con la misma moneda. Respétame, porque soy mejor que tú y mis opiniones son la Verdad.
Frase que oí decir a un empleado en su primer día de trabajo a propósito de su jefe: A mí que no me hable así, no me conoce de nada, quiero que me respete y él ha de ganarse mi respeto. ¿Lo qué? Así que no os conocéis de nada ninguno de los dos, él es tu superior y el primer día, sin haber demostrado todavía que sirves para el puesto que ese tío te ha dado, ya vas exigiendo respeto por su parte, mientras que el tuyo “se lo tiene que ganar”. ¿No sería más lógico que tú también tengas que ganarte el suyo a base de esfuerzo y dedicación? Ah, no, espera, que yo no puedo decirte nada, que sólo tú puedes decir verdades a la cara…

A mi no me gusta nada decir “las verdades” a la cara. Tengo varios motivos para ello. Uno es que creo firmemente en lo de que si no tienes nada bueno que decir de alguien, mejor te callas. Otro que soy empática por naturaleza, igual que otro es concienzudo o tolerante, yo me pongo en el lugar del de enfrente con mucha facilidad, no puedo evitarlo, y me agobio pensando que mis comentarios le pueden herir. ¿Quién soy yo para decirle a esa compañera de trabajo que tampoco me ha hecho nada, que ese vestido le hace un culo como la monumental de Barcelona? Aunque haya pedido mi opinión expresa. Mi estilo es más salirme por peteneras diciendo que la tela es bonita, o que lleva unos zapatos tan increíbles que ni me había fijado en el vestido. ¿Falsa? ¿Hipócrita? ¡Yo que sé! Al menos la pobre chica no se irá a su mesa jodida pensando en que está haciendo el ridículo por mi culpa. Es más: a lo mejor mi comentario hace que se sienta ridícula cuando la que está equivocada y no tiene ni idea de moda soy yo y la chica tiene un culazo de lo más apetitoso. Demasiadas variables a tener en cuenta. Mejor le digo lo de los zapatos, que además es cierto que son una pasada y vuelvo a mi cafelito.

Pero luego está el tema de los amigos. Amigos de los buenos, de los de años y años de compartir experiencias y recuerdos. Amigos que saben mis secretos y de los cuales yo también conozco unos cuantos. De esos tengo muy pocos y a ellos sí les digo las verdades a la cara. La cruda realidad tal como es, tal como la veo. Sin medias tintas, sin dobleces. Y que lo acepten como puedan.

A esos les digo: Qué grandes sois. Cada uno a su modo. Con vosotros cerca, estoy a salvo. Me siento en casa. No os reprocho nada porque no hay nada que reprochar. No me debéis favores porque si alguna vez os hice alguno, no fue pensando en pagos futuros. No recuerdo vuestras faltas porque no cometéis, no habéis cometido ninguna, al menos a mis ojos, que ven lo que los vuestros porque vamos juntos por el mismo camino. Seguro tenéis defectos, como yo tengo los míos, pero ninguno es tan evidente como para recordarlo. De vosotros aprendo cada día y aquí me tenéis para lo que haga falta. Sin preguntas, sin debe ni haber y sin juicios clandestinos. Y si no os gusta lo que pienso de vosotros, os aguantáis, porque yo soy así de sincera.

11 comentarios:

  1. Hay verdades que es innecesario contar y hay otras verdades que hay que decir, simplemente porque esa persona se merece saber.

    A veces hay una verdad ahí flotando, que es mejor no aclarar, porque que hay otra persona más adecuada para decirla, y es esa persona quien debe abrir los ojos al interesado/a.

    Lo más importante de las verdades es que hay que ponerse en el lugar del otro, decirlas con cariño y buscando su bien.

    Yo tampoco soporto a esa gente de “yo siempre voy con la verdad por delante” van pisoteando sin mirar si hacen daño, disfrutan alardeando de sincero y legal pero generalmente se mueven por su propio egoísmo y reparten verdades en función de su interés.

    A veces es bien difícil saber qué callar y qué hablar.

    Uff, creo me he enrollado demasiado.

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    1. Razón tienes...Sí que es difícil, sobre todo cuando de tu silencio depende la felicidad de una persona.

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  2. Mira, por mi experiencia, el que más insiste en su verdad, peor es. A mí un capullo del pasado me dijo: "lo que ves es lo que hay" pues bien, todo lo que veía ni era suyo, ni era él, ni era nada ¡ficción! Desde entonces sé que debo salir corriendo ante egoafirmaciones tan contundentes.

    Por otro lado hay que ser sincero pero hay maneras y momentos para serlo. No todo el mundo tiene ese don. Luego dicen que si no contestas no mientes, aunque tampoco digas la verdad... en cualquier caso, si se dice bien dicho, se puede decir todo. :D

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    1. Pandora, guapa, internet no me deja entrar en tu blog...me dice que sólo pueden entrar aquellos a quienes se haya invitado. Que permiso denegado, puertas cerradas, adiós muy buenas...:(

      ¿Es que ya os habéis independizado?? XDDD

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    2. Pando a mí me pasa lo mismo, invítame, hija!

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  3. Uf! De los que van de "Yo soy súpersincero"... Huir!!! Vamos a ver, que vivimos en sociedad. Esto no es "yo lo suelto y tú te apañas", estoy de acuerdo con Ishtar, esa actitud es más avasaladora que sincera.
    Gracias por ese último párrafo, Sally. Contigo me siento "como en casa" ;-)

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    1. Ja,ja,ja, sabía que te darías por aludida. A todo esto, tenemos un cine el miéeeeercoles y "esa peli" merece un post!! Ja,ja,ja.
      Besos, guapa.

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  4. La persona que comienza diciendo "Yo siempre digo la verdad a la cara" , de entrada ya está mintiendo. Dirá alguna verdad que otra a la cara, quizás a veces tenga el valor de comentarle a alguien lo que pensamos todos y callamos. Pero seguramente criticará como el que más y mentirá en muchas otras situaciones. Y como bien dices en tu entrada, cualquiera le dice a ellos una gran verdad, te crucifican de por vida!
    Saludos!

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  5. Bueno, pues yo soy de las q prefieren las verdades, lo que pasa es q una cosa es decir una opinión sincera y sin afán de hacer daño y otra es la gente q se cree q por esa actitud puede decir lo q le dé la gana y q se jodan los demás si se molestas, el "así soy yo y tú te aguantas". Yo digo muchas veces que soy una persona q voy de frente y digo lo q pienso, en el sentido de q no me ando con dobleces, no tengo doble cara y procuro no mentir. Y no estoy hablando de gente q sólo conoces (como un compañero de trabajo, tampoco se me ocurriría decirle q mal te queda ese vestido o q feo es tu hijo), pero sí procuro ser sincera con mis amigos más allegados o con mi propia familia.
    Yo odio q me mientan (y no estoy hablando de mentiras piadosas) sino de aquellas q se hacen para q el otro salve el culo o bien para q salga beneficiado en tu contra.
    Evidentemente nunca decimos la verdad al 100%, pero hay verdades y verdades, igual q hay mentiras y mentirijillas.

    Un saludo a todos

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  6. Para mí está claro que si hablas es mejor decir la verdad, pero teniendo en cuenta que la verdad casi siempre es subjetiva, eso no excluye las formas y el hecho de que en algunas ocasiones, sobre todo si nadie te ha preguntado, es mejor callarse.

    Me quedo con la frase de Pandora, "hay que ser sincero, pero hay momentos y maneras para serlo"

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  7. la hipocresía está claro que mueve el mundo... y no solo lo mueve, sino que permite que este sea habitable y pacífico.

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