
No creo ser de esas. Hay despedidas tristes, otras duras, y
otras que se producen porque la esperanza y los nuevos proyectos hacen que
tengamos que mirar hacia otro lado de momento. Este es afortunadamente mi caso.
Gracias a todos los locos que se han acercado alguna vez a leer mis payasadas. Mil gracias a los que además se han reído. Y millones de gracias a los que además de eso, decidieron hacer acto de presencia con un comentario. He sido muy feliz aquí. He disfrutado de lo lindo. Me he desahogado a gusto y
he pasado a formar parte de una red de personas deliciosas a las que espero no
dejar de visitar en sus rincones del ciberespacio. Pero esto es un adiós.
Ya cumplí cuarenta. Todavía están recién estrenados, no
tengo experiencia como cuarentona para abrir un blog pero tengo muchas ganas de
ver qué me depara esta década. De momento me gusto mucho todavía, y como soy una optimista irredenta, creo que lo
que pierda en tersura lo voy a ganar en elegancia. Estooo... ¿Las motos, las chupas de
cuero y coquetear son cosas elegantes? Porque si no, me quedo como estoy, que a estas alturas una
ya se ha encontrado a si misma y no quiero perderme…
Creo que será una buena década. Mis planes son: ver crecer a
mis dos cachorros, seguir comiéndome al pedazo de Hombre que es mi fuente de
salud todo lo que pueda, y currar en lo que me gusta como si todavía tuviera
todo por aprender. Bueno, eso y seguir tomando cervecitas con las amigas cada
vez que nuestras apretadas agendas de madres trabajadoras nos lo permitan.
¡¡Porras!! No me va a quedar tiempo para amancebarme con ninguno de los jacos
poderosos que han frecuentado las entradas de este blog a lo largo de los años.
Maldición! Tendré que tomar vitaminas!!!!