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A mi la legión!!, pero con disimulo... |
Una vez, un colega de trabajo, tras haber ingerido abundante
cantidad de bebida espirituosa, en un viaje nosedonde, me contó una anécdota de
índole sexual que le había acontecido.
Él y dos compañeros más (él y otro casados y con retoños, el
tercero no lo sé) encontrábanse en un viaje comercial en un país de Europa del
este que no diré cual es pero es grande que te cagas. Acababan de firmar un
negocio importante, y el cliente, adinerado y tradicional en sus costumbres,
les envió esa noche al hotel, para celebrarlo y sin coste alguno, a 5 señoritas
de vida disipada con el fin de alegrarles la velada a los aguerridos muchachos
que andaban tan lejos del calor de sus legítimas.
Mi compañero decía que claro, ellos eran 3 y las señoritas
5. ¿Será que el cliente no sabía contar, o peor aún, que uno de ellos había de
ser monógamo esa noche? Así que, como buenos camaradas llegaron a un acuerdo.
Todos juntos en la misma suite y que las damas fueran “rulando” como se dice vulgarmente.
No seré yo la que les juzgue por el hecho en sí de
refocilarse con una (o varias) señoritas sin conocimiento y consentimiento de
su parienta allende los Urales. Quien esté libre de pecado que tire la primera
piedra etc, etc. Y además, me importa un pimiento lo que cada uno haga con su
vida sexual mientras que la otra parte se deje voluntariamente.
He aquí la cuestión número 1. ¡¡Me importa un pe-pi-no!!
¿Porqué coño me lo cuenta?? ¿A mí que me importa que comparta polvo con el
tarado de M…y nosequien más??? ¿Qué se cree, que me va a poner cachonda o
algo?? ¿Qué esperaba, unas palmaditas en la espalda y el título de Campeón de
orgías con putas y calvos barrigones?
Y he aquí la cuestión número 2. ¿Infidelidad matrimonial en
grupo? ¿Así nos callamos todos porque todos sabemos lo que ha hecho el vecino?
¿Si tu hablas yo hablo? O será que iban a hacer carreras o algo…Vamos, a mi lo
último que se me ocurriría en caso de ser infiel a mi pareja es hacerlo en
grupo con otros que le conocen y encima contarlo a terceros. Eso es de
principiantes o de gilipollas. O de desesperados porque su mujer es una sepia
asexual, que todo puede ser, pero bueno, con ese marido no me extraña…
Yo misma he de confesar que en mis tiempos mozos simultaneé
durante casi un año a dos novios. Un malagueño guapo de morirse, rubio y con
unos ojazos verdes que tiraban de espaldas, canalla como él solo, y un
valenciano moreno de ojos negros que era un cacho de pan. Al final acabé con la
historia porque venía un tercero y ya era demasiado jaleo, además, el malagueño
se volvía a su tierra y paso de los amores a distancia, pero el tiempo que duró
la cosa, fue de lo más estimulante. Y ninguno de los dos se enteró de nada. Tenía
muy claro que ninguno iba a ser el hombre de mi vida, pero tampoco hacía falta
humillarlos…Discreción. En el vestir y en el amar, siempre discreción.