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Adivina adivinanza...¿Quien es el pagafantas? |
Pues sí, nunca es tarde para aprender cosas, y yo aún no
había tenido la oportunidad de ver de cerca cuáles son las cualidades
masculinas que convierten a un hombre en pagafantas. Si alguna vez he
convertido a alguno de mis amigos en esa clase de espécimen, juro y perjuro que
no era consciente. Desde que empecé a gustar a los tíos, cuando he dejado que
alguno se me acercara más de lo políticamente correcto era porque yo también
tenía intenciones aviesas hacia él y si ha sido mientras yo tenía pareja, he
procurado dejar claras cuanto antes las condiciones de nuestra relación para
que no se llevase a engaño. Bueno, vale, en un par de ocasiones pasó que a
pesar de tener pareja yo también tenía intenciones aviesas, pero diré en mi
descargo que acabamos liados, así que lo suyo no fue pagafantismo!
Pero ahora he conocido a uno, y llevo unas semanas
estudiándolo cual ratoncito de laboratorio en un laberinto. Así que ahí van mis
conclusiones sobre el tema en tres sencillos puntos.
Punto uno. Se dice que un pagafantas es un buen tío, pero
esto no es exactamente cierto. No es un capullo, pero tampoco un pedazo de pan
que haría lo que fuera por ti sin pedir nada a cambio. En el fondo es egoísta,
porque todo lo que te hace lo hace porque quiere sexo contigo. Todo lo que te
aguanta, lo que te lleva y te trae, lo que te invita, no es porque disfruta de
tu compañía o por hacerte feliz, es porque quiere meterse en tu cama, y no tiene huevos para decírtelo a la cara.
Punto dos. Un pagafantas de manual es un pesado y le da
igual cómo te sientas tú mientras pueda estar cerca de tus tetas. No se da
cuenta de que eso auyenta a las damas más aún que el olor corporal. Ejemplo que
he visto yo con estos ojitos que se han de comer los gusanos (qué frase más
bizarra) este mes, de un tío con los 30 cumplidos: al pagafantas le mola una tía que juega al tenis como él, así
que la machaca durante semanas para quedar a jugar, y ella al final cede pero
mejor llamamos a alguien más y jugamos dobles, que es más divertido…Primera
señal clara que cualquier tío que vale la pena pillaría: no quiere quedarse a
solas contigo. Pero él está encantado, ¡por fin ha logrado quedar con ella!
Ok. Ella se encarga de buscar a otra pareja para el partido,
que casualmente son dos tipos más monos que el pagafantas. Ella no tiene
raqueta, y se la pide a uno de los guapos (a ti, que eres el organizador NO, a
otro, dato que un tío que folla gratis habitualmente notaría y tendría en
cuenta pero el pagafantas ni huele) El guapo no tiene más que una y se lo
comenta al pagafantas que raudo responde: ¡Yo sí tengo! Voy a llamarla y me
paso por su casa a llevársela! ERROOOOR. Ella no quiere que se la prestes tú,
aunque le hayas dicho una docena de veces que tienes raquetas de sobra, que
puede ir a tu casa a recogerla y que la acercas al polideportivo en coche.
¿Cuál será la deriva de los acontecimientos entonces? Pues que
si la única manera que tiene ella de jugar al tenis con el guapo es pasar por
el aro con el pagafantas, irá a su casa, se dejará prestar la raqueta y llevar
al polideportivo para pasarse después toda la tarde ignorando al pobre plasta.
Y este acabará mosqueado, con lo amable y atento que ha sido con la
desagradecida. Luego le digo de tomar algo los dos solos y así enderezo la
situación….¡¡Tío que no aprendeeeees!!! Y esto nos lleva al punto tres.
Punto tres. Un pagafantas no sabe cuando parar, porque no
tiene autoestima. Si la tuviera, se encararía con la tía y le diría: “Mira Maripili,
me pones muchísimo, y quiero saber si yo a ti también porque me muero de ganas
de que me dejes entrar en tu dormitorio. Te aseguro que no me vas a dejar salir
de él”. Y si ella dice “no, gracias” pues a otra cosa, mariposa. Pero como no
tiene huevos para hacer eso, opta por la táctica de estar pegado a ella con
cualquier excusa hasta que caiga entre sus bracitos flacuchos como una manzana
pocha de un árbol (iluso). O lo peor de lo peor, que intente tirarte bocao
directamente en lugar de DE-CIR-TE-LO porque hay poca luz y estáis solos
(aunque sea en un túnel yendo a casa en bus después del curro y no venga a
cuento ni de coña). Cobra segura. Al final, lo que ocurre es que ella cada vez
se siente más incómoda con su presencia, porque como el tío en realidad ni se
insinúa, ni se decide a poner las cartas sobre la mesa, ella tampoco le puede
decir: “tío, no tienes nada que hacer”, porque él incluso podría ofenderse. Es
como el perro del hortelano pero en calamar. Porque esa es otra, no hay
pagafantas atractivo, es un hecho. Suelen estar tanto por el físico como por la
personalidad en la zona gris del que no es nada en concreto. Esas personas que
no sabes como describir porque no hay nada en ellos que llame la atención.
Pero no se trata sólo de que sean feos, eso es una
estupidez, porque tengo comprobado que SÍ hay hombres de bandera feos como
orcos que se encaran con la dama que les gusta cual caballeros medievales y si
se caen, lo hacen con todo el equipo, pero se levantan con dignidad. Lo hice y
salió mal, pero lo hice. Esos me merecen todos los respetos. Un pagafantas,
ninguno.