De todos es sabido, al menos de todos los que merodean habitualmente por este blog, el tipo de hombre que nos afila el colmillo a la mayoría. A unas les pierde un médico con plaza fija en un buen hospital y barquito en Jávea. A otras algún guitarrista greñudo y tatuado que vive para su música (y sus fans) y a una que yo me sé, un tipo armado y uniformado con placa en el bolsillo y cinturón negro de algo. A priori nos da igual su edad, si es rubio, moreno o ya peina canas, si tiene la espalda como un camión o sólo como una furgoneta. Da igual si está casado (con una amiga o con tu jefa) si es un cabrón redomado, si debe dinero a media España o no se habla con su madre. Es mentar al objeto de nuestros fetichismos, y se nos aflojan las piernas.
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Para servirle a Dios y a usted, Agente. |
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Tía, mi compañera de piso, la del novio bombero, quiere
organizarme una cita a ciegas con un compañero de curro de su chico, pero me
abuuuurren las citas a ciegas.
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Ahá, ¿El tipo en cuestión te ha visto en foto?
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Creo que no…
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¡¡¡Voy yo en tu lugaaaaar!!!! Porfa, porfa
porfaaaaaaaaaaaaaaa. Lo quiero, lo quieeeeeeeeeeroooooooo!!!
Vale, en nuestro caso lo tengo claro, pero…¿Qué tipo de tía
les afloja las piernas y les hace salibar a ellos así, sin saber nada más de
ella que un par de datos? Sí, sí, ya lo sé, vamos a lo fácil: una que tenga
menos de 30 años y más de una 95 de pecho, ¿en qué estaría yo pensando?. El
caso es que no recuedo haber oído una conversación del tipo:
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Esta mañana he estado en Correos y me ha atendido una
funcionaria que…
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¡¡Una funcionaria de Correooooos!!! Grrrrrrr…….
Más bien suelen ser del tipo:
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Esta mañana he estado en Correos y me ha atendido una
funcionaria jovencita que tenía unas tetas…
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¡¡Teeeetaaaaaaas!!!!¡¡¡Corderiiiiiiiiiiiitaaaaaaa!!!
Lo único que me queda claro a priori es que para ellos si
superas los 40 y/o tienes menos de una 90 de pecho, estás muerta. Da igual la
profesión o aficiones que tengas, nada, niet, o hay tetazas y sonrisita boba de
veinteañera de por medio o no les acelera el pulso lo más mínimo tu presencia. Lo sé porque no se me da nada bien poner
sonrisita boba, no sabía ni a los 20 y eso ha hecho huir a más de uno.
Recapitulando un poco he encontrado algunas profesiones que
sí suelen motivarles, como modelos, azafatas, secretarias, camareras de pub y
cosas así, pero una vez más, suelen ser ejercidas por jovencitas y en muchos
casos operadas para cumplir con los estándares de talla que exige el mercado.
Desde luego no creo que coincidamos en fetichismos
profesionales de cara a babear con el sexo puesto, al menos en el caso de
extrapolar sus fetichismos profesionales al sexo masculino, es decir; a
nosotras no nos motivan en general los modelos, azafatos, secretarios,
camareros de pub y cosas así, porque la mayoría son gays. Eso no quita que algunos
modelos estén para moriiiiirse, pero en general los efebos andróginos que
pueblan las pasarelas internacionales, pierden más aceite que mi moto.
Me da que tampoco ellos coinciden con algunas de nosotras en
el poder de atracción de una billetera abultada, a no ser que la propietaria
sea una jovencita de enormes glándulas mamarias, para variar. Pero aquí les
comprendo. He de confesar que nunca he estado con un tío que no me interesara
más que por su pasta, pero sí lo he estado con alguno del que no me interesaba
más que poseer ese pedazo de carcasa mortal durante una temporada. ¿Será mi
lado masculino? Yo que sé, ¡que me quiten lo bailao!. Igual las féminas que se
pirran por un capullo con yate opinen lo mismo (sí, era un coñazo pero me llevó
a la Riviera),
pero todos los aquí presentes sabemos qué besamos, mordemos, lamemos e
intercambiamos cuando practicamos sexo. A mi me encanta practicar sexo y sinceramente,
prefiero rechupetear en un motelucho a David Gandy antes que dejarme
rechupetear en una suite del Ritz por Carlos Areces, queselevacer.