
Sería genial quedarte encerrada en un ascensor, un par de horas nopidomás, con un hombre guapísimo, que además resultara ser bombero, o enfermero, o policía nacional, para así, en caso de que te angusties, te de seguridad o te haga el boca a boca llegado el caso de desmayo, (que podría llegar, sobre todo si hace calor y el pobre, agobiado por las altas temperaturas, se ve obligado a quitarse la camiseta…)
Me encantaría despertarme una mañana a eso de las 10 y media y darme cuenta de que he dormido 12 horas del tirón, como cuando tenía 4 años. Levantarme sin prisas, abrir la ventana y que oliera a bosque y a silencio.
Estaría bien ver las estrellas desde el balcón de mi casa.
Molaría que hubiera columpios para adultos en los parques. Me encanta columpiarme…
Ojalá pudiera fabricar botecitos con olor. Haría uno con el olor de mi madre, otro con el olor de mi hijo, para recordarlo cuando crezca y ya no huela a niño y a vainilla. También tendría un botecito con olor a limpio, y otro con tu olor, tonto, aunque ese espero no necesitarlo, porque con un poco de suerte te pienso oler cada día hasta que se acabe todo.
Uff, qué giro está tomando esto…espera un segundo que mire el calendario... ¡Mierda!! Ya estoy otra vez con el síndrome premenstrual. Lo sabía!!!
Vale, pues por último, deseo tener la regla sólo un par de veces al año, que las tortitas con chocolate no engorden y no tener que depilarme nuuuuunca más. ¿Es mucho pedir?